- Papá, quiero jugar con Manuel.

- David, Manuel no tiene defensas y no puede salir.

- Vale papá, pero yo quiero jugar con Manuel.

- David, te he dicho que Manuel está sin defensas. Un virus que ni a tí ni a mí nos haría nada porque tenemos nuestros linfocitos sanos y fuertes, le ha atacado y le está destrozando la médula recién implantada de mamá. Si no tiene médula, no fábrica ni defensas ni las demás células de la sangre.

- Ahhhh ya, pero yo quiero jugar con mi hermano.

- David, no has visto que le acaban de transfundir una bolsa de hematíes y un "pool" de plaquetas!!??

- Pues mejor papá, ahora está más fuerte y tendrá más ganas de jugar!!!. Ves? (miraba hacia la habitación) está jugando solo y querrá jugar conmigo.

- David, si Manuel cogiera algún otro virus, bacteria u hongo, se puede poner más malito de lo que está.

- Pero yo ahora no estoy malo!!! No ves que me han traído los abuelos!!!!

(cada vez que David o Julia se ponían malos, no podían venir a visitar a su hermano Manuel).

- Siiiii David, pero todos tenemos bichitos malos en nuestro cuerpo aunque no estemos enfermos. Fíjate, el virus que tiene Manuel, no lo ha cogido de nadie, lo tenía él en su cuerpo "dormidito" porque sus defensas estaban fuertes y no lo dejaban actuar. Como ha estado tanto tiempo sin defensas por el Trasplante de Médula, el bicho malo se ha dado cuenta que no lo estaban vigilando y ha empezado a atacarlo y se ha multiplicado por todo su cuerpo.

- Si papá si, pero me vas a dejar o no???

- Vaalee David, vas a jugar con Manuel. Vamos a prepararte, desinféctate de nuevo las manos.

- Yujuuu!!!! (y David empezó a saltar de alegría por los pasillos del hospital).

Aquella tarde, fue una de las mejores tardes de Manuel, volvía a jugar con su hermano tras dos meses sin poder ni siquiera verse sin un cristal de por medio.

Aquella tarde, fue una tarde de juego inolvidable para David.

Aquella tarde, nunca se volverá a repetir.